martes, 29 de enero de 2008

6/0 6/0


Te esfumas, como si hubieras sido una aparición, un sueño fugaz que me devolvió la fuerza de confiar plenamente en algo sin miedo a perder, sin miedo a nada. Te evaporas traspasando estas paredes que tantos recuerdos dejan pegadas en las esquinas, y se quedan ahí como queriendo no ser barridos por si se pierden en el olvido. El tren ha pasado y todavía me cuesta hacerme a la idea de que esta vez bajé del vagón y continuas el viaje sólo con tu mochila. Y me cuesta mentalizarme de que ya no me abrirán los ojos montañas de pueblecitos perdidos, aguas de nacimiento estancadas ni besos de un agosto frío. Ahora serás tu sólo el que descubra rincones de este mundo teniendo como banda sonora Hotel Lichis. Empiezo a caminar sin tener el rumbo fijado, con el ancla entre las manos con miedo a que caiga al fondo y me cueste más llegar al próximo destino. Vuelvo a sacar la almohada al sofá y a despertarme con la luz que entra por la ventana del salón. Te pierdes sin dejar huella, sin dejar rastro alguno de tu presencia por mi vida. Ya no habrán partidos de tensión ni botellas de agua entre juego y juego. Tu bola de partido entró sin darme a penas cuenta de que el primer set ya lo tenía perdido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Hotel Lichis", el otro día la escuché en directo en el café Libertad.

Y resulta que es una de tantas cosas que he hecho cuando me bajé (o mejor dicho me bajaron) del tren.

Hay trenes, muchos que pasan, pero siempre magnificamos los que duelen, yo creo que hay muchos que cogemos que son positivos.

La palabra "esfumar" no tiene porqué ser mala. Y más si sirve para huir del "pan para hoy y hambre para mañana". Hay que saber poner punto y final a las cosas que creemos que son, pero que no son.


Besitos de 4 horas (castellano-leonesa??)

Anónimo dijo...

Alicante!!!!

Tengo bastantes amigos por allí, concretamente por San Juan de Alicante.

Pero vamos, que soy asiduo del confetti y la stereo ^^

MUAAAA

Alhada dijo...

el sábado estuve de carnaval por Alicante ¡Qué casualidad! Por una noche yo también quise olvidar un tren que acaba de pasar de largo en mi vida, aunque yo quise montarme, no me dejaron, se van, sin huella, sólo dejan un dolor absurdo y un poco más de escepticismo pesando en nuestras alas. Un beso amiga!