domingo, 25 de noviembre de 2007

El Círculo Polar


No me llamó para decirme todo lo que pedía en el anterior post, ni quedó conmigo en ningún lugar en el que fuera el último que compartiéramos, ni me escribió una carta de despedida... Me despertaron sus brazos rodeándome a medianoche, pensé que seguía soñando, pero al volverme y ver como fijaba sus ojos en mi, recordé que todavía tenía una copia de llaves de casa. No pensé nada, últimamente me he convencido de que pensar más de la cuenta no es bueno. Seguimos durmiendo, tan abrazados, que apenas dejó que se me escaparan los sueños. Y así hemos estado dos días, tan egoistas que no dejábamos ni al aire pasear entre nuestros cuerpos. Mirándonos a los ojos y sabiendo que lo nuestro ha sido lo más especial que hemos compartido con otra persona. Rozando nuestros labios, sellándonos los ojos, mimándonos el alma. Ambos sabemos que lo nuestro ha terminado, pero esta forma de despedida ha sido el mejor modo de confesarnos que el amor sigue existiendo en nosotros. Curiosa despedida si, pero nos hemos regalado hasta el último suspiro de esta magia que siempre nos ha envuelto. Él me ha convencido de que es mi Otto y yo su Ana, que algún día, en algún exacto momento, en algún círculo polar nos volveremos a encontrar. Y yo pienso que soñar es sentirse viva, por qué no iba a suceder?? Ahora es tiempo de volar más alto que nunca, tiempo de rozar el cielo y caminar por nuevas calles. Tiempo de nuevas ilusiones, esperanzas y objetivos por cumplir. Tengo a Bebe como banda sonora de mis próximos días, y sí, sé que todo irá bien. Lejos, me marcho lejos de esta casa para empezar un nuevo ciclo, una nueva etapa, una nueva vida. No sabeis cuanto amor me llevo...

martes, 20 de noviembre de 2007

Olvídate de mi

Llámame, hazlo sólo para decirme que todo se acabó, que no puedes seguir más. Búscame, y hazlo sólo para encontrarme en algún lugar en el que sea el último en el que nos veamos. Dime que no me quieres, aunque mientas, pero dime que la sonrisa se te apagó. Que no me hechas de menos. Que cada noche cuando te recuestas sobre la cama no tienes ganas de abrazarme. Dime que ya sabes en qué emplear las manos si no estoy cerca. Dime que te encanta cocinar sólo para ti. Llámame y confiesame que mis ojos ya no son los tuyos, que no tienes ganas de morderme la boca cuando me ves. Dime que podrás vivir sin mi, sin tenerme cerca, sin la luz que aporto a tus días. Escríbime una carta de despedida, de esas en las que la posdata es un "nunca te olvidaré", aunque te olvides de enviármela. Dime que cuando paseas por nuestra playa ya no buscas mi mano, ni mis pasos, ni mis besos. Llámame, si, hazlo para gritarme, para llorarme, para decirme que te parece bien la idea de que me marche lejos. Déjame, tírame a la basura en la primera esquina que te pille cerca. Dime que no soy lo mejor que pasó por tu vida. Dime que has querido a otras más que a mi. Dime que la distancia nos ayudará a olvidar nuestros rastros. Dime que has quemado el possit de planes que teníamos por hacer. Dime que ya no sonríes cuando mis orejitas se hacen hueco entre mi pelo. Confiésame que tu vida ahora es perfecta sin mi. Hazlo si, tengo las tiritas en una mano y el corazón en la otra. No me harás daño, este frío me ha dejado el corazón tan helado que apenas podré sentir que lo partes. Mírame a los ojos cómo tu siempre hacías y dime que los tickets que Quique nos ofrecía tienen fecha de caducidad. Dime que la magia se esfumó. Prométeme que ya no tendré cuentos antes de dormir. Dime que no me llamarás. Júrame que nunca volverás a desearme. Dime que nunca volverás a vivir conmigo, que odias mi forma de cocinar y el modo en el que te doy los buenos días. Dime que prefieres contemplar la luna solo. Dime que ya no te gustan mis ojitos cuando te observan de reojo. Dime que mi piano nunca sonará para ti. Abrázame sin ganas, bésame en la frente, odiame si puedes. Ayúdame a terminar con esto. Ayúdame a sentirme mejor cuando me vaya, cuando los kilómetros nos separen más que nunca. Dime que no soportarás la espera, que nuestros momentos no pueden coincidir. Miénteme, aunque a ti también te duela. Odiame, aunque a mi también me duela. De alguna manera tendré que olvidarte, tengo que olvidarte de alguna manera.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Preguntas



¿Qué queda dentro de tí?
¿Qué queda dentro de mi?
¿Qué nos regalamos?
¿Qué nos ofrecemos?
¿Qué nos decimos?
¿Qué no nos decimos?
¿Qué nos aportamos?
¿Qué queremos tener en nuestras vidas?
¿Qué no queremos tener en nuestras vidas?
¿Qué no surje?
¿Qué no brota?
¿Qué no fluye?
¿Qué se nos escapa?
¿Qué no agarramos?
¿Qué veo?
¿Qué ves?
¿Qué no veo?
¿Qué no ves?
¿Qué sucederá contigo?
¿Qué sucederá conmigo?
¿Quién eres?
¿Quién soy?


viernes, 16 de noviembre de 2007

Me marcho a otro lugar...

Un lugar donde no me acuerde de que existes,
donde mis ojos no sueñen con los tuyos,
donde mis recuerdos se lleven lo mejor que fuiste.
Me marcho donde te vea desde la distancia
cuidándome, mimándome, queriéndome...
... como siempre hiciste sin miedo a perder.
Tu amor incondicional se apagó....
El mio creo que seguía respirando....

domingo, 11 de noviembre de 2007

Tengo ganas de llorarte...


...para desdibujar las huellas que quedan en mi cuerpo con tu nombre.


viernes, 9 de noviembre de 2007

¿Necesitas tiritas?



"Las casualidades son las cicatrices del destino"

(La Sombra del Viento)



jueves, 8 de noviembre de 2007

Quizás, Quizás, Quizás


Fué divertido soñarte cada vez que me imaginaba una vida sin ti, quizás ahora no me haga tanta gracia saber que te perdí. Es curioso como hay momentos en nuestras vidas en las que no sabemos qué queremos. Y otras en las que aún teniéndo muy claro lo que quieres, y de repente lo consigues, ya no sabes qué hacer con ello. Dónde guardarlo, dónde meterlo, qué decirle y ni saber si llevártelo a tu cama esa misma noche.

Mucha gente me dijo y me sigue diciendo, que cuando deseas algo de verdad, algo sincero y con todas tus fuerzas se llega a cumplir. Es como aquella frase del Alquimista en la que asegura que si deseas algo con tal fuerza el universo entero conspira para que se haga realidad. Yo, aún no creyéndomelo a ciencia cierta siempre lo pedía. Siempre en mitad de mis meditaciones dedicaba unos minutos para desearlo con todas mis fuerzas. Siempre me fijaba en algún punto en el que proyectaba toda mi energía y la mandaba a la nada, al universo, a la naturaleza, a qué se yo qué o quién me escuchara en ese momento. Lo hice durante un par de años (para que tengais claro que este servicio de correo es muy lento), y nunca desesperé, siempre pensé que algún día conseguiría que mi deseo se hiciera realidad.

Vale, ya sé que estareis pensando....que cuando alguien desea algo de verdad lucha por conseguirlo. Que se deja la piel en cada intento e insiste en escoger el camino que le llevará hasta verlo realidad entre sus manos. Pues si, en eso no os voy a quitar la razón. Pero cuando es un deseo que no depende exclusivamente de ti, cuando envuelve sentimientos, emociones, actos, gestos.... en otras personas.... es más complicado. Tú puedes dedicarle todo el tiempo que creas necesario, pero tu trabajo se quedará ahí. Luego toca esperar la respuesta, la consecuencia de tus actos, el resultado de lo luchado....y eso ya no depende de ti.

Bien, pues yo lo conseguí hace un tiempo. Conseguí tener todo lo que pedí. Del mismo modo que lo soñé y con las mismas palabras que tanto deseé. Y qué pasó?? Que me asusté. Que en ese momento de mi brotó el miedo y la inseguridad que nunca pensé que albergaba. Me asusté tanto que no quise aceptarlo aún cuando ahí lo tuve, delante de mis ojos y con una bandeja en sus manos en la que depositó todo lo que era. Me asusté si, y aún estando en el camino que quería, con mi deseo hecho realidad a mi lado, me di la vuelta y empecé a correr. Es curioso lo que el miedo llega a hacer cuando lo tenemos en vena.

Y si, cometí el error de empezar a caminar en dirección contraria. Y así te perdí. Yo me escondí en mi misma y he tardado tiempo en volver a encontrarme. Todavía estoy en ello, esta casa está tan vacía y al mismo tiempo tan llena de rincones que seguramente en alguno de ellos me escondí. Me quedé acurrucada en el suelo y mis alas hicieron de caparazón.

Te perdí quizás por desearte tanto.
Quizás por miedo a perderte aún sin
darme la oportunidad de antes tenerte.
Quizás por ser tan racional.
Quizás porque no era el momento.

Quizás, Quizás, Quizás...

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Se me enredan los pensamientos


Voy paseando por caminos de tierra encontrandome arbustos que arañan mis ojos, raices que se entrelazan entre mis manos y hojas secas caidas por el tiempo que voy pisando a cada paso. Intento no hacer ruido en noches tan silenciosas como ésta, pero mis manos cantan y susurran melodías que recuerdan mis sentidos. Me encuentro rodeada entre una tela de araña que hace de refugio para mis alas. No recuerdo la noche en que te regalé mis besos, ni recuerdo tus dedos dibujando círculos sobre mis pezones. La luna se esconde tras mi universo y mi realidad se confunde con mi deseo. Sigo caminando a oscuras entre árboles barrocos y ojos de lechuzas que alumbran mis pasos. Mi respiración se entrecorta y mis labios escuchan el rugido de las olas tras chocar con tu cuerpo. Te pierdo tras el océano de mi imaginación por no agarrarte desde mis sueños. Rompo las ramas que me impiden seguir caminando al igual que rompí los lazos que me unían a ti. Miro hacia arriba intentando escapar del recuerdo y las nubes se abrazan unas a otras para llorar sobre mi tu pérdida. La lluvia me empapa hasta desdibujar la imagen que me quedaba de tus ojos. Siento frío en esta noche tan cubierta y apagada. Mis pasos se detienen a la orden de mis sentidos. Ya recuerdo, recuerdo que te invité a una copa de adiós, bebiéndome mi propia alma para dejarla albergada en mis entrañas.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Vamos a apagar la luz para soñar



Vamos a apagar la luz para olvidar nuestras malas caras
y envolvernos del olor del mar

Vamos a apagar la luz para esconder nuestras palabras
y fundirnos del tacto de nuestra piel,
de estremecernos al rozarnos

Vamos a apagar la luz para caminar a oscuras
y saber que cogidos de la mano podemos llegar hasta donde queramos

Vamos a apagar la luz para respirar juntos
y equilibrar nuestras energías

Vamos a apagar la luz para besarnos
y rozar el cielo de placer

Vamos a apagar la luz para seguir enamorándonos cada vez que soñamos

Vamos a apagar la luz para reirnos del sol y la luna,
para gritarles que nosotros también nos tenemos como se tienen ellos

Vamos a apagar la luz para reirnos de todo menos del
olor de la ausencia, de nuestra ausencia

Vamos a apagar la luz y aprender a mirarnos a los ojos en la oscuridad