lunes, 25 de febrero de 2008

Quiero pintarte con purpurina.....



.....para soplarte al viento y esparcirte en el recuerdo.



miércoles, 20 de febrero de 2008

Asquerosamente feliz


Hay momentos en los que no sabes bien por qué pero sonríes. Puede que el día haya sido horrible, puede que la presión del trabajo te robe hasta ese café que te tomas a media mañana, puede que alguien de los tuyos esté pasando por una mala época….pero de repente, pasa algo, y te hace dibujar una gran sonrisa en tus labios. A mi me está pasando eso. Han sido muchos cambios en poco tiempo. ¿Y quién establece cuanto es el tiempo que tiene que pasar entre suceso y suceso para considerarlo poco, mucho o el suficiente? La cuestión es que sonrío y no tengo muchas ganas de plantearme preguntas. Me doy cuenta de que cuanto menos pienso más feliz soy. Me doy cuenta de que todo en esta vida es cuestión de actitud, por lo tanto si somos positivos seremos más felices. No creo que en estos momentos pudiera estar más a gusto en otro lugar, aquí me siento llena de energía. Me siento asquerosamente feliz en este pedacito de mundo que habitan mis pies, en esta casa, en este barrio, con la gente que tengo cerquita, con la gente que aunque tenga lejos siguen estando. Me siento asquerosamente feliz comprobando que cada mañana en el trabajo lucho contra el mundo y aún así empiezo a estar más motivada que nunca. Me siento asquerosamente feliz cuando encuentro lo positivo de todo lo que me pasa (aunque sean cosas tristes, negativas, incluso de las que escuezan). Me siento asquerosamente feliz cuando abro un email y mientras lo voy leyendo voy esbozando una gran sonrisa. Me sentí asquerosamente feliz anoche mientras veía los últimos capítulos de Sexo en Nueva York. Me siento asquerosamente feliz de haber empezado la gran limpieza de casa. Me siento asquerosamente feliz de ser como soy, de gritarle al mundo todo lo que llevo dentro. Me siento asquerosamente feliz cuando mis amigos me dicen que he vuelto más auténtica que nunca. Me siento asquerosamente feliz de tener tanto tiempo para mi. Me siento asquerosamente feliz de poder escribir este post tan asqueroso, asquerosamente real.


Escuchando Lobo López (Andrés Calamaro & Kiko Veneno)


Matar al 9...



Aún así supongo que la idea de limpiar no ha sido del todo mala, tenía que empezar a hacerlo algún día y quizá se estuvieran retrasando demasiado las ganas. Quizá debería haber empezado por el baño antes de hacer un intento por el salón y pasarme a la habitación; la que un día fue nuestra. Y en ella, habían tantos rincones como pelusillas de recuerdos amontonados. He empezado a barrer el suelo, quizá también tuviera ganas de tirar un poco de ti a la basura. Claro que no contaba con los pensamientos que me he ido encontrando por los cajones, demasiados recuerdos inesperados que ni siquiera pensaba que tenía. Un billete de bus de Madrid a una sierra perdida en el cielo ha sido el detonante que ha despertado mi memoria….quizá ya se estaba adormeciendo en los últimos días. He cogido el billete entre las manos y me he quedado analizándolo, cómo si esperase que me hablara o se convirtiera en el genio de la lámpara. Mi mirada se ha quedado fijada en la fecha del billete, - fue en semana santa del año pasado- pensé. He dudado si tirarlo a la bolsa de basura que tenía colgada de la puerta o guardarlo en el mismo bolsillo de la mochila donde lo encontré. No me preguntes por qué, pero lo he vuelto a guardar. Como queriendo no perderlo, a modo de ticket, de ese ticket que ambos tiramos hace ya casi un mes ( lo siento, pero he perdido la cuenta de los días ). He querido guardarlo para enseñártelo, aunque en estos momentos no sepa realmente para qué. He seguido rebuscando entre tantas y tantas cosas, haciendo esa selección que todos hacemos cuando abrimos los cajones de nuestra habitación. Intentar pensar fríamente en la decisión que todos hacemos cuando cogemos una cosa del cajón, la observamos entre nuestras manos y nos preguntamos “¿esto lo tiro o lo guardo?” . He empezado a tirar y tirar…guardar y guardar… y de repente, otra vez, has vuelto a aparecerme por los rincones. He encontrado un par de entradas del teatro Arniches. Para curarme en salud, decido parar de escribir en estos momentos ya que todavía sonrío.


lunes, 18 de febrero de 2008

El Regreso...



Regreso, igual que lo hizo Calamaro hace unos años... Vuelvo con la sonrisa de fresa y los sueños sobre las pestañas. Vuelvo a pintar ilusiones sobre las paredes de casa. Vuelvo repleta de poesía y canciones. Vuelvo con la mirada azul. Vuelvo a cantar mientras me ducho y a sonreír cuando abro los ojos. Vuelvo a saborear una copa de vino mientras escucho música tranquilita. Vuelvo a rodearme de velas. Vuelvo a pasear por la orilla del mar. Vuelvo a sentirme feliz. Vuelvo a encontrar esas cosas que había escondido. Vuelvo a leer tirada en el sofá del salón. Vuelvo a darle importancia a las pequeñas cosas. Vuelvo a celebrar San Valentín con una botella de vino, unos bombones y mi nueva sonrisa. Vuelvo a tener mil planes en mi agenda. Vuelvo a desconectar el móvil para disfrutar de mi soledad. Vuelvo a mirar dónde piso sin dejarme llevar por las huellas. Vuelvo a ser Bebe gritando todo lo que llevo dentro. Vuelvo a respirar inundando mis entrañas de oxígeno. Vuelvo a caminar sabiendo cual es el camino. Vuelvo a ir a la filmoteca cada semana. Vuelvo a tomarme unas cañas los jueves por la noche. Vuelvo a sentirme bien conmigo misma. Vuelvo a ser positiva aunque parezca que todo se derrumbe a mi alrededor. Vuelvo a mirar las fotos sin derramar ni una lágrima. Vuelvo a no encender la televisión. Vuelvo a no esperar sorpresas y gestos que nunca llegarán. Regreso a mi cueva adornándola con flores y envolviendo las piedras de sueños.

Ana.



Escuchando Crímenes Perfectos....
(pero sonrío)



domingo, 10 de febrero de 2008

Ahora...


Aprieto fuerte los dientes para intentar que la tensión que se acumula en mi garganta no llegue a desplazarse hasta el corazón y me lo destroce en mil pedazos. El calendario se tiñe de rojo. Febrero empieza regalándome días melancólicos. Despierto mis alas y las mimo para que comiencen el vuelo al país de nunca jamás. Estos días intento aprender a olvidarme de ti. Intento no ponerme triste cuando mis recuerdos se hacen protagonistas del día y el corazón empieza a encogerse sin dejar hueco a nadie. Nos hemos perdido. Tengo el corazón en la garganta y los puños sobre la mesa. Tengo los sentidos despiertos a cualquier señal que los elementos me regalan. Mis paseos por la playa ya son una realidad, me siento cerca de la orilla libreta en mano y dejo volar mis dedos hasta quedarme vacía de pensamientos. Entonces me siento mejor y me traigo a casa la energía del mar que me ayuda a seguir sonriendo a pesar de que llueva. Mis ojos no se han apagado y mis orejas siguen sorteando mi cabello. Todo pasará, me repito, todo pasará. Y consigo aceptar que algún día me olvidaré de que estuviste. Pero mientras pasa es inevitable pensar en ti, es inevitable sentir que algo de mi se ha ido de esta casa.
Ahora te marchas, cuando me siento cien por cien y mi agenda se llena de planes. Ahora que paso tanto tiempo en la playa los fines de semana y no tengo con quién jugar a las palas. Quizá sea mejor así, quizá hayas sido un ángel que apareció en el peor momento que he pasado en los últimos años para ser ese apoyo que necesitaba. Y te marchas volando cuando yo he vuelto a ser esa chica positiva que no deja de reírse de la vida. Mi gente me mira a los ojos y por fin me reconoce, me regalan sonrisas y palabras de aliento por mi regreso. Ahora que me pongo minifalda para salir y paso de todos los rastas que me miran el culo. Ahora que mi dieta se resume a un par de cafés con leche, unas cuantas copas de vino y tostadas con queso y pavo. Ahora que he tenido que anular una mesa que tenía reservada en aquel restaurante de playa. Ahora que tantas ganas tengo de compartir mi vida con alguien, de hacer mil cosas en mi tiempo libre… Quizá por eso tu no estés aquí, porque nuestros momentos ahora mismo no coinciden. Porque no quieres prescindir de tu tiempo para pirarnos una tarde a cualquier parte o ponernos enfermos una mañana de lunes. Porque a ti no te apetece amarme hasta rozar el cielo sobre las plumas de mi cama. Porque te cuesta abrazarme sin pensar en nada. Porque no sientes la necesidad de volver a ver mis ojos. Porque te pesa más el saco del pasado que el saco de mis labios… Ahora que mi palabra es “Ahora”. Ahora que me felicitan por lo competente que soy en el trabajo. Ahora que acudo a un juicio y me siento sola en el banquillo. Ahora que me operarán y al despertarme no sentiré tu mano apretando la mía. Ahora que Lara ha vuelto al hospital. Ahora que me perdería contigo por alguna montaña con nuestra multivan. Ahora que tanto me apetece dar un paseo por nuestra playa. Ahora que Carlos Tarque está tan “roto por dentro” como lo estoy yo. Ahora que te tengo que escribir porque no te tengo cerca. Ahora que necesito olvidarme por completo de que has pasado por mi vida. Ahora que ya no me salen las lágrimas cuando pienso en ti. Ahora que me demuestras que lo nuestro no era tan especial como yo lo había sentido.