miércoles, 24 de octubre de 2007

Vaho en el cristal


El día se ha vuelto gris, las nubes se han unido con fuerza dejando un techo cubierto por donde el sol no puede pasar. Empiezan a caer las primeras gotas de lluvia en la calle, me acerco a la ventana y mi respiración empaña el cristal. No escribo nada en esa pizarra de vaho, simplemente me quedo observando como poco a poco desaparece....igual que desaparecemos tu y yo.


Danzo por casa, esta casa tan vacía sin ti. Sigo con el pijama puesto a pesar de ser las siete y media de la tarde, casualidad que sea esta hora?? Puede ser, ya que Ivan Ferreiro me susurra Extrema Pobreza a los oídos;


Y repetimos los errores
que si antes eran grandes
ahora son enormes y
lamentamos no tenernos uno al otro
y darnos flores
que nos alivien en un instante
cambien todo y nos perdonen

Nuestra falta de cabeza
es peor que la pobreza
porque no nos ha dejado tener nada

Este amor se apaga
como se apagan los latidos de tu amor
como terminan mis canciones que no acaban
este amor... se apaga .


Se apaga, Se apaga....pero yo me tapo los oídos con ambas manos, las aprieto, las aprieto tan fuerte que me retumban los pensamientos, aunque no me preocupa, ya no pueden desordenarse más de lo que están.


El reloj sigue funcionando, pero me dedico a compartir los minutos con la chica que fuí. Sabes? Hacía mucho tiempo que no quedaba con ella. Pobrecita, ella que tanto me ha llamado en todo este tiempo y yo sin cogerle el móvil... Ahora tenemos tanto de qué hablar, tanto que contarnos, que apenas duermo para ponerme al día de todo lo acontecido este último año. Poco a poco me va hablando de las cosas que han pasado en su vida en el tiempo que llevamos sin vernos. Yo también le voy contando algo, pero apenas me deja hablar. Está tan ilusionada con haberme visto de nuevo que me abraza cada dos minutos fuerte, muy fuerte, como queriendo que no me escape de nuevo. Qué mala amiga he sido, lo reconozco. Ahora se pasa casi todo el día queriendo quedar con mi gente. Nos tiramos a la calle y tomamos cañas con mis amigos. Nos reimos, había olvidado que ella nunca borraba la sonrisa de sus labios. Hoy la he llevado a comer a casa de mis padres para que viera a mi perrita...parecía que iba a estallar de tanto amor. Me he prometido no volver a dejarla ni un segundo sola, hasta le he pedido que se quede a vivir conmigo ahora que estoy sola en casa.

Qué bien vamos a estar juntas de nuevo. Le propongo hacer más cosas, pero ella me sienta en el sofa y se empeña en seguir hablando conmigo, en contarme todo lo que ha hecho en este último año. Y yo la escucho, la escucho atentamente mientras le sujeto las manos. La miro fijamente a los ojos.... Sé que no miente, sé que dice la verdad.

Ambas nos acercamos a la ventana, vemos la calle mojada. Ambas respiramos tan profundamente, que volvemos a empañar el cristal. Ahora si que decido escribir sobre el vaho un mensaje para ella:

Quédate a mi lado.




2 comentarios:

arcoiris dijo...

q bonito!bonito y triste a la vez.gracias por el comentario en mi blog, te seguire leyendo y espero q te animes y si necesitas algo ya sabes donde me tienes
;-)

susej dijo...

...Y te siga contando historias de sonrisas que no se borran para que así se contagien.